jueves, 22 de diciembre de 2011

Te voy a redibujar el alma en cada espacio de tu cuerpo, con la simpleza de mis manos recorriendo tú historia  que  no necesito escuchar.

Yo, voy a dejar que mi pelo se pierda en tus deseos, que tus manos me recreen como un son.

En nuestros ojos que vieron el dolor, el espanto y la risa vamos a ver al menos una vez más nuestra vaya a saber que cosa.

Cuando se resucita a los sentidos…

Yo voy dibujar en ese lugar  que ni siquiera conocías.
 fragmento de Espejos.

fragmentos de la presentación



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Presentación de Palabras Paridas el 16 de diciembre.

Palabras Paridas es un  conjunto de relatos cortos, poéticos, que expresan la mirada punzante de una mujer que busca a través de ellos demostrar que la vida es "un homenaje a la permanencia" como se señala junto al título de la obra; pero no una permanencia que es solo  la de existir sino, la de ser con un sentido de lucha y acción materializado en este caso en las palabras.
Christian Leonardo Malattia






fragmentos....

Cae sobre mi cuerpo debilitado una diáfana luz de imágenes que me cobijan. Cierro los ojos al espanto para abrirlos al interior más puro, al mismo interior del desgarro, de la necesidad,  de la urgencia, del desborde, del deseo.

Trato de ver un pasado que se desdibuja como si solo existiese presente, presente arrasado por la ráfaga invisible de la nada.

Como premoniciones de mi futuro, no logro ver más allá de nada.

El amor es eso que fue alguna vez, el alma es eso que tuve viéndome en tus ojos, la felicidad fueron los años que tuve en alguna era arcaica de mi pecho.

Y si el fracaso más grande es no intentar ser feliz, como explico que ni siquiera buscar no fracasar me frustra.

La carne se ensaña con mi pensamiento demandando llenarse de vida, el pensamiento se disputa con la razón tal requerimiento, la razón se enfrenta al deseo como necesidad: la necesidad pugna y se hace pulsión… Y busco en sitios equivocados  por temor a enfrentarme a mi misma.






Sueño esos ojos que se hicieron de mi sangre, acaricio los cabellos que engendré, me detengo en cada facción que el tiempo modificó.

Mi cuerpo se inflama de necesidad, y mi piel se eriza de carencia, mi pecho se ahoga de música, mis manos se hamacan, el cielo se abre par regar a la tierra,